ARMONÍA

Dentro de todos los espacios, procesos y dinámicas sociales se requiere de ciertos elementos que permitan en estos espacios, procesos o dinámicas la verdadera obtención del éxito, mas dicho lauro intrínsecamente no depende de forma exclusiva de una persona, sino de un cúmulo de individuos. Por ende, no basta con el empleo de la disciplina, el esfuerzo y la constancia, sino que se demanda igualmente de otros elementos que permitan – una vez sumadas todas estas claves para el éxito y la adquisición individual – el cumplimiento pleno de los objetivos y necesidades colectivas. Uno de estos elementos, y se podría decir que el más trascendental, es la armonía, que se obtiene del respeto y el amor.

La armonía realmente es un aspecto muy trascendental para el bienestar y el progreso espiritual, intelectual y material de nuestras comunidades islámicas nacientes.

Pero en muchas ocasiones esta armonía se ve truncada por malas prácticas que tenemos los seres humanos en la convivencia social; que mirando a la experiencia obtenida del análisis de las comunidades islámicas nacientes (nuevas, pequeñas), podríamos resumir de la siguiente manera, en búsqueda de una reflexión para la atención y el bienestar de las mismas:

1. Los pecados de la lengua: Dijo el Mensajero de Dios (BP): “Los conflictos que ocasiona la lengua son mayores que el golpe de la espada”. (Bihâr Al-Anwâr, t.71, p.286.). En muchas ocasiones no damos la importancia debida a las prácticas que se recomiendan dentro de nuestra religión, y consideramos que las mismas no pueden ser tan trascendentales como se expresa en los hadices o el Sagrado Corán, restándoles su debida importancia. Pero este es un caso en particular que nos coloca frente a la realidad de los efectos de este pecado, pues si bien es cierto en muchas ocasiones estamos desatentos, con un poco de análisis llegamos fácilmente a la conclusión de que los pecados de la lengua afectan y destruyen una comunidad, generando discordia, desunión, desconfianza, entre otros problemas. Por ende, queda faltando la armonía que se requiere para el trabajo en equipo.

2. La intromisión inapropiada en asuntos familiares ajenos a nuestro núcleo familiar: Dijo el Imam Al-Hasan Ibn ‘Alî (P): “Condúcete con la gente tal como quieres que se conduzcan contigo”. (Bihâr Al-Anwâr, t.78, p.116.). La carencia de madures y conocimiento en ocasiones genera relaciones insanas entre los miembros de una comunidad, permitiendo que se trasgredan las barreras de intimidad y respeto que nos debemos los unos a los otros. En muchas ocasiones estas transgresiones surgen no por una mala y perversa intensión, sino que son producto de la buena intención de una persona con poco tacto y conocimiento en asuntos familiares, que de manera inapropiada y escasa pericia quiso intervenir en la solución de un conflicto familiar, acrecentándolo y haciendo más distante las posibilidades de soluciones del mismo; situación que con plena seguridad va a repercutir en el buen ambiente y armonía general de la comunidad. En ese sentido podríamos extraer varias recomendaciones importantes: 1. Hay asuntos que requieren de la intervención de personas con las aptitudes y las actitudes necesarias para poder ser atendidos; en ocasiones por nuestras buenas aptitudes mentales llegamos a considerarnos hombres o mujeres “orquesta”, pero no es así en lo absoluto ¡cada quien posee su área! 2. Si bien es cierto debemos tener disposición para apoyar a nuestras comunidades en todos sus asuntos, también debemos ser conscientes de que en la religión del Islam existen protocolos que debemos respetar, y a falta de conocimiento la mejor decisión es la prudencia 3. La nobleza sin raciocinio puede ser peor que la maldad (una buena intención sin realmente saber qué hacer y cómo hacer puede ser nefasta en nuestras vidas y en la de los demás, aquí vuelve la prudencia a jugar un papel muy importante).

3. La panadería: El término panadería (de pana – amigo) es un uso coloquial empleado en algunos países de Latinoamérica para hacer referencia a las amistades muy íntimas que no tienen un fundamento trascendental, solo se fortalecen por el simple hecho de tener en común los mismos gustos, pasatiempos o incluso vicios; practica que, en lo absoluto, no es aceptada en la religión del islam. Dijo el Mensajero de Dios (BP): “La persona profesa la religión de aquel de quien es amigo, así pues, que cada uno de vosotros observe a quién toma por amigo”. (Bihâr Al-Anwâr, t.74, p.192). La religión hace un llamado para que la hermandad y la amistad sea establecida con base en la fe, y este debe ser el derrotero para que se fortalezcan los lasos existentes entre los miembros de una comunidad islámica; pero en muchas ocasiones continuamos con las prácticas sociales traídas de nuestro entorno y fortalecemos nuestras relaciones basándonos en aspectos mundanales que, como de costumbre, luego degeneran fácilmente en la profusión de molestias, malentendidos, falta de compresión e intolerancia al momento de la existencia de diferencias, perjudicando el buen ambiente en los centros islámicos; sin dejar de lado que se pierde la esencia de la verdadera amistad en el Islam, la cual busca el establecimiento de la hermandad de los miembros de una comunidad para que se ayuden mutuamente en la misión de acercarse a ALLAH swt.

4. La falta de respeto al liderazgo: Dijo el Imam Alí (la paz de ALLAH swt sea con él): “…ciertamente debe haber alguna forma de gobierno del hombre sobre el hombre. Debe haber una mediación humana como forma de gobierno” (Nahyul Balagah sermón Nº 40). Las dinámicas que mueven las comunidades islámicas, están basadas en su doctrina, leyes y moral, pero como ya se ha mencionado, en muchas ocasiones la falta de conocimiento genera traumatismo en el desarrollo de dinámicas sanas, y una de estas es el respeto al liderazgo. En muchas comunidades y centros islámicos no se tiene mucha familiaridad con este principio de la vida social islámica; y por eso en el ejercicio de la práctica de la humildad en el comportamiento con los demás (especialmente siéndose líder espiritual), algunos hermanos confunden ello con la falta de autoridad, y consideran que los líderes de sus comunidades no tienen particularidades que merezcan respeto, como lo son la trasmisión del conocimiento, la guía espiritual, la resolución de conflictos, la toma de decisiones, etc,… generándose los más desagradables ambientes en algunas comunidades, que quiebran el progreso y avance de las mismas.

5. Las opiniones y propuestas fuera de lugar: (propuestas iguales con diferentes palabras): Dijo el Imam Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P): “Piensa y luego habla, de esa manera te mantendrás a salvo de los tropiezos”. (Gurar Al-Hikam, p.228). Muy conectado al punto anterior, pero con ciertas particularidades trascendentales, está el hecho de no comprender que algunos asuntos están exclusivamente en manos del líder de la comunidad, entonces si bien es cierto que es necesario crear un vínculo entre las diferentes personas que conforman la comunidad, concienciando de la importancia que tiene su función y haciéndoles partícipes en todo momento para que se sientan implicados, para complementarse unos con otros y motivarse por conseguir el fin común del que son parte indispensable; hay aspectos que están en manos del guía espiritual de la comunidad por su formación y experiencia; situación que se tiene que saber respetar. Sumado al hecho de que en muchas ocasiones expresamos nuestras ideas o propuestas con la falta de madures para comprender que la no aceptación de las mismas no significa que me debo enemistar con aquellos que no la aceptaron y me debo apartar de las dinámicas colectivas de la comunidad. Ello genera comúnmente sentimientos adversos hacia el resto de hermanos o el líder de la comunidad en particular, máxime cuando en muchas ocasiones, si estamos en búsqueda de lograr un fin común, perseguimos los mismos objetivos, solo que en ocasiones las ideas que expresamos para conseguirlos difieren en palabras con las del líder o el resto de miembros de la comunidad, pero en síntesis se quiere lo mismo. Entonces no debemos permitir que por ello se generen malos sentimientos entre nosotros y nuestros hermanos musulmanes y mucho menos enemistades con ellos y el guía espiritual de la comunidad.

6. El absolutismo en el liderazgo: del otro lado, los líderes de las comunidades o guías espirituales, no deben confundir el respeto que le deben sus hermanos y la autoridad que él tiene sobre ciertos asuntos de la comunidad, con el absolutismo o la arbitrariedad en el ejercicio del liderazgo; puesto que ello también afecta el desarrollo y progreso de la comunidad. Dijo el Imam Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P): “Por cierto que el común de la gente de la comunidad es el pilar dela religión, es (lo que provoca) la congregación de los musulmanes, y lo que se apresta contra el enemigo; por eso, debes tenerles afecto y tus inclinaciones deben acompañar a las suyas». (Nahy Al-Balâgah, Carta Nº 53, p.429). Si bien es cierto los miembros de las comunidades le deben respeto a su líder y este tiene autoridad exclusiva sobre algunos asuntos de la comunidad, ello no quiere decir que los miembros de la comunidad son sus súbditos y agentes pasivos en los procesos de la comunidad; ya que hay que tener en cuenta que: a) Cuando se unen las facultades y habilidades de los miembros, se potencia el esfuerzo, aumenta la eficacia y disminuye el tiempo invertido en el trabajo que se lleva a cabo; b) Conocer las aptitudes del resto de los integrantes del grupo, entender los roles de cada uno de ellos para saber cómo complementarse y ayudarse, propicia un buen ambiente de trabajo y genera confianza; c) Es importante también en este sentido crear un vínculo entre las diferentes personas que forman la comunidad, concienciando de la importancia que tiene su función y haciéndoles partícipes en todo momento para que se sientan implicados. Solo así, llegarán a complementarse unos con otros y a motivarse por conseguir el fin común del que son parte indispensable; d) Impulsar la generación de ideas (con madurez), compartir conocimientos, opiniones e ideas, hará que sea más sencillo trazar una buena estrategia y redirigir al grupo en la dirección correcta; e) Impulsar la generación de ideas, compartir conocimientos, opiniones e ideas, hará que sea más sencillo trazar buenos proyectos para la comunidad y redirigir al grupo en la dirección correcta (con la madures y la praxis que ello requiere, no cayendo, en debates infructuosos); f) Establecer los canales de comunicación adecuados es fundamental para asegurar el correcto funcionamiento de la comunidad. Saber escuchar, ponerse en el lugar del otro siempre para comprender y ayudar, llegar a un entendimiento de todas las partes cuando se expongan diversas opiniones, o propiciar la buena comunicación en todo momento para conocer cualquier información relevante, son algunos de los detalles a tener en cuenta a la hora de trabajar conjuntamente con otras personas. Nunca debemos menospreciar el trabajo de otro porque habrá aspectos que se nos pasen por alto y otros que desconozcamos. Debemos conocer bien primero, para después contribuir a mejorar lo que no nos guste, desde una perspectiva siempre constructiva.

Elaboración: Equipo de trabajo Islamalfayer.com

Edición: Dr. Amílcar Aldama Cruz

Categorías Articulos Moral y ética islamica, Ciencias Islamicas, Moral y ética islámicaEtiquetas

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